Han pasado ya varios días y seguimos emocionados por la carrera solidaria del Síndrome de Angelman, cuesta escribir porque cuesta poder expresar lo que hemos sentido. Tenemos que dar gracias a los niños con el síndrome y a sus familias por dejarnos estar un poco con ellos, contagiarnos de su fuerza y espíritu y por supuesto de sus sonrisas al cruzar la meta. Gracias